01 Jun “Los emprendedores tienen que ser capaces de conjugar el fin del mundo con el fin de mes”
ENTREVISTA | ANDRÉS R. AMAYUELAS
El presidente de la Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo de España reflexiona sobre el rol que deben jugar los emprendedores del futuro para conseguir un impacto medioambiental y social positivo, e invita a las empresas e instituciones educativas a impulsar el cambio: “El business as usual ya no nos sirve para nada”.
Andrés R. Amayuelas, presidente en funciones de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo de España y uno de los impulsores de la iniciativa Futuro en Común, ha participado en una sesión de trabajo en CISE con foco en la inclusión de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030 en las diversas iniciativas que coordina el Centro.
En el contexto actual resulta imprescindible que los nuevos proyectos emprendedores estén alineados con estos ODS que la comunidad internacional, liderada por Naciones Unidas, definió como metas que debe cumplir la ciudadanía global para poder llegar al año 2030 habiendo mejorado el mundo.
Aprovechando su visita a nuestros espacios y sus profundos conocimientos en materia de cooperación al desarrollo y sostenibilidad, hemos reflexionado con él sobre la Agenda 2030, el papel que deben desempeñar las aceleradoras, las incubadoras y los propios emprendedores en su cumplimiento, la recientemente publicada Estrategia España Nación Emprendedora y el rol del marco de competencias emprendedoras EntreComp de la Comisión Europea en la consecución de estos ODS.
Andrés R. Amayuelas, presidente en funciones de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo de España, en los espacios del CISE
Cuando hablamos de ODS, de la reducción de la pobreza y las desigualdades, de detener la emergencia climática, entre otros, los ciudadanos de a pie vemos estos objetivos como un poco lejanos… ¿Cómo se consigue la puesta en marcha de una agenda de desarrollo sostenible transformadora, tanto en su dimensión doméstica como en su repercusión global?
Agenda 2030 sólo hay una y ODS hay 17… pero son los mismos objetivos para todo el mundo. Otra cosa es cómo trabajamos para alcanzarlos en los distintos niveles administrativos en los que nos movemos o en los distintos ambientes donde trabajamos. No es lo mismo pensar en los ODS cuando tienes que hacer una labor con los grupos políticos que están en el congreso de los diputados, que acercarte en un colegio y explicárselo a los niños en una clase de primaria.
Uno de los conceptos que define a la Agenda 2030 es la de las responsabilidades compartidas pero diferenciadas y en cada ámbito tenemos cosas diferentes para poder alcanzar los objetivos de la Agenda. No le podemos pedir a una persona de a pie que haga grandes reducciones de efecto invernadero porque esto es algo que es competencia de las empresas. Pero sí que le puedes decir que con gestos muy sencillos como cerrar el grifo mientras se lava los dientes está ayudando a que se cumpla el objetivo del acceso al agua potable.
En el último artículo que escribiste para El País decías que los gobiernos y las empresas no deben aprovecharse de los ODS para legitimar el “business as usual” ¿A qué te referías?
Cuando tratas de aplicar una estrategia o un plan puedes hacerlo de dos maneras: decir “qué es lo que puedo hacer yo y qué es lo que tengo que cambiar de mi organización, de mi empresa, de mi administración o de mi vida para conseguir esos objetivos”, o puedo decir “bueno, con lo que ya estoy haciendo… ¿cómo digo que estoy cumpliendo ya con esos objetivos?”. La primera opción es la verdaderamente transformadora, la que permite conseguir cambios reales, y la segunda es la más cómoda.
Hay entidades que están utilizando el símbolo de los ODS como una “marquita” para decir que están en los temas de actualidad o “a la moda” y lo que se hace es un poco intentar lavar algunas conductas que están teniendo. Lo que tiene que tener la gente presente es que si queremos conseguir distintos resultados a los que estamos obteniendo ahora, tenemos que hacer las cosas de forma diferente a como lo hemos hecho: la forma en la que hemos generado un problema no nos va a ser útil para solucionarlo.
¿Cuál crees que tiene que ser el rol de los emprendedores en la implementación de los ODS?
El rol fundamental de los emprendedores es que tienen que ser capaces de conjugar el fin del mundo con el fin de mes. En este sentido tenemos un montón de noticias que nos hablan de cómo está la situación mundial, la pérdida de biodiversidad, la aceleración del calentamiento global, la profundización de las desigualdades… y por otra parte somos conscientes de que tenemos que llegar a fin de mes para poder tener una vida digna y poder pagar las cosas mínimas. Entonces, el equilibrio que tienen que alcanzar los emprendedores del futuro es conseguir tener una empresa sostenible económicamente y que pueda ganar dinero, y que, a su vez, con su práctica, esté ayudando a conseguir un impacto positivo.
Necesitamos conseguir que las empresas del futuro, desde la más pequeña hasta la más grande, respeten los recursos de la Tierra. Somos interdependientes, lo ha demostrado la pandemia, pero además somos profundamente ecodependientes. Dependemos del suelo y de la tierra que pisamos.
¿Qué te ha parecido la estrategia España Nación Emprendedora que acaba de lanzar el gobierno y qué relación has encontrado con la Agenda 2030 y los ODS?
La estrategia España Nación Emprendedora es muy interesante, porque por primera vez se trata de aprovechar todo el caudal emprendedor e innovador de la ciudadanía española, de las empresas y administraciones, y porque tiene claro cuáles son las políticas tractoras y cuáles son aquellas brechas que tiene que cerrar; pero yo echo en falta un mayor compromiso medioambiental. Se habla de la transición ecológica y la nombra como una política tractora, pero la menciona entre otras 10 o 12 y me da la sensación de que es más porque se ve una oportunidad de generar, por ejemplo, energías alternativas o renovables, que en abordarla como un concepto más amplio que involucre esquemas de cambios de producción.
Creo que está un poco desconectada de los ODS y de la Agenda 2030 a nivel global, pero esto para nada la desvirtúa como una estrategia que que hay que tratar de aplicar y que además es susceptible de ser mejorada: podemos incorporar ese pensamiento de sostenibilidad de la Agenda 2030 y seguro que cualquiera de las políticas tractoras que define esta estrategia, si las cruzamos con las propuestas de la economía circular, vamos a poder hacer cosas muy interesantes.
Hace unos años la Comisión Europea lanzó el Marco EntreComp de competencias emprendeoras imprescindibles para los ciudadanos del futuro. ¿Qué vínculos encuentras entre estas competencias y la consecución de los ODS?
Como decía antes, el business as usal ya no nos sirve para nada. El pensar la educación como se pensaba hace 20 o 30 años nos lleva a seguir repitiendo esquemas de cosas que estábamos haciendo antes. Hay que introducir de la manera que sea posible (tanto en la educación formal, como en la informal) esa serie de competencias que te permitan pensar en clave de sostenibilidad pero también de emprendimiento.
Hay muchas similitudes entre las competencias de anticipación, de pensamiento sistémico, de movilizar recursos, de comprender el marco económico, financiero o legislativo en el que te estás moviendo… creo que esas cosas hay que incorporarlas. Tenemos que ser capaces de combinar capacidades: la virtud está en tener las orejas abiertas, escuchar y sacar lo mejor que tienen EntreComp y los ODS, combinarlos y a partir de ahí ir avanzando.
¿Qué mensaje lanzarías a los jóvenes emprededores?
Uno de los soplos de aire fresco que hemos tenido en estos últimos años ha sido la irrupción del movimiento de “Fridays For Future”, muy iconizado en la figura de Greta Thunberg, que nos ha recordado que nuestra casa está en llamas y que tenemos que ponernos las pilas para no estropear más el planeta.
El planeta no es nuestro, es un préstamo de nuestros hijos. La gente que viene detrás, que tiene que pensar en qué es lo que va a hacer con su vida, hacia donde va a orientar sus estudios, qué empresa va a montar, tiene que pensar que tiene que tratar de dejar el planeta lo mejor posible o incluso mejor que lo ha encontrado para las personas que vengan después. Y esto sólo se puede hacer incorporando planteamientos de desarrollo sostenible, de economía circular, de inclusión social, de economía alternativa… Ahora son cosas pequeñitas, hay pocas prácticas, pero sin embargo siembran una semilla de como tienen que ser las cosas en el futuro.
El reto es que, quienes han estado manifestándose por la igualdad o en contra de la emergencia climática, deben ver ahora cómo van a transformar esa protesta y esa indignación y la van a aplicar en su vida y en sus emprendimientos.
Acerca de CISE
CISE es un centro que fomenta el espíritu emprendedor e impulsa la generación de startups en todo el país. Con el respaldo de Banco Santander, la Universidad de Cantabria y el Gobierno de Cantabria desarrolla programas formativos que estimulan la creatividad de las personas y promueven la innovación.